(a Louis Amstrong)
Suena el jazz…
Transita en un subterráneo etéreo
con sabor a épocas pasadas,
Mi vida…
Se desfigura al igual que cada acorde.
y las disonancias…
flotan sobre rebeldes notas,
que se acomodan en la imperfección.
El saxofón exhala incienso hipnótico,
toca mi piel…
Y con su sonido maduro degusta mis oídos,
fusionando el suspiro de su boca,
en mi inmensa soledad.
Me dejo caer en el tobogán de sus escalas…
Y la música…. ¡la música!
Se vuelve anárquica como mis pensamientos,
Cada suspensión
desprende un nudo de voces
que aprenden de mi lógica,
cantando mi melodía escéptica
en mohíno juego de fugas e improvisaciones.
Solo el jazz…y yo.
Huella
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