miércoles, 12 de diciembre de 2012

Estoicismo



Por ti anhelaré incansablemente la vida, 
eres mi hijo amado, la luz que me guía.
Buscaré tu fortaleza, ajena a tu herida,
te formaré valiente como quien de frente mira. 

Nunca agotaré el esfuerzo de cuidarte, 
así mi cuerpo se resista al cansancio.
Rogaré un impulso nuevo al levantarte, 
obraré con paciencia sin desánimo. 

Eres mi hijo, y no importa tu padecimiento,
seguiremos adelante luchando sin retroceso.
No daremos lugar a quejas inútiles y tormentos,
apartaremos la lástima, seguiremos resistiendo. 

Me siento firme en esta meta de la vida,
soy feliz al ser tu madre que te cuida.
Y eres fruto de un amor que no se rinde, 
testimonio en carne de una lucha sin caídas. 

Huella





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